REQUIEM A ROBERT SERRA
En el Consejo Nacional de 
Derechos del Niño ya en el 2000. Quien no disfruta de verlos y verlas 
labrar su propio futuro desde el presente? Intercambiabamos miradas 
Anahi, los demás consejeros y consejeras cada vez que tomaba la palabra.
 Un día deje de verlo personalmente pero como decimos siempre "no le 
perdía la pista". 
Años más tarde, en algún momento iba a la Defensoría 
del Pueblo y lo conseguí junto al Teresa Carreño.  Me alcanzó a saludar y
 me dijo: "Yuri voy a estudiar derecho y sabes quiero ser 
revolucionario, quiero militar en la izquierda. .." hablamos un rato y 
aquel que conocí niño-muchacho ya era un joven con tanta madurez y 
seguridad que me plenó de orgullo el saber que la conciencia por los 
derechos humanos en una visión avanzada de transformación revolucionaria
 de la sociedad es una herramienta para forjar la conciencia política. 
Una u otra vez volví a verle personalmente y hablamos poco, pero al 
verlo en aquel año 2004 en las pantallas de la Tv como dirigente 
estudiantil revolucionario me causó tanta admiración y me dije Robert 
cumplió su palabra: " es un revolucionario".  Batalla tras batalla, al 
lado del pueblo, constante y sin descanso en estudio y compromiso le vi 
entonces transitar el sendero que hace mucho dijo el Che Guevara, 
graduándose del más alto escalón que puede aspirar un ser humano: el de 
revolucionario. 
No cesó ni descansó un segundo desde ser aquel 
niño-muchacho en su formación ideológica elevando cada día su espíritu 
combativo y la sensibilidad humana y social. Ese muchacho le han 
arrancado la vida física porque era demasiado noble y digno para las 
huestes del fascismo. A ese muchacho no podían dejarlo seguir volando en
 libertad porque era demasiado oxígeno para la vida. Era muy hijo del 
Comandante eterno y resulta peligrosa una fiel descendencia como la de 
Robert. Cuanto dolor e impotencia hoy ante la nefasta noticia de su vil y
 cobarde asesinato, al tiempo que un enredo de sentimientos entre la 
rabia y la esperanza me embargan. Arrechera me da su muerte en manos de 
los asesinos brutales (materiales e intelectuales), arrechera por tanto 
odio que encarnan y practican. Arrechera porque asesinan la vida física,
 pero tengo la certeza que nunca asesinarán la obra, el pensamiento y 
menos la dignidad revolucionaria. Arrechera por el ensañamiento contra 
Robert y Maria que lleva nombre de pueblo. 
Asesinarlo junto a María es 
el mensaje de la derecha rugiendo con sus fauces como es capaz de matar 
todo aquello que asemeje a pueblo y revolución.  Arrechera tengo por 
tanta miseria humana de aquellos que disfrutan ante la muerte porque 
piensan (creen que piensan?) diferente. Pero junto a la arrechera se me 
junta la esperanza.  Esperanza al ver el amor que fue brillo en mirada, 
sentimiento y obra de un joven-muchacho revolucionario, porque tengo la 
certeza que en la patria de Bolívar y Chavez hay millones Robert Serra y
 millones Maria Herrera. Esperanza porque veo al pueblo también 
brillando de amor a pesar de la oscurana del odio fascista. Esperanza 
lléname de un poco de alegría en esta hora de múltiple tristeza. Robert 
Serra y Maria Herrera viven y vivirán por siempre. Hasta la victoria 
siempre ...y más allá de los tiempos...!

 
 
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