domingo, octubre 15, 2017

BREVE CUENTO INDIGENA

EL COLIBRÍ (etnia yukpa)
Ketra, una niña yukpa de doce años, se internó un día sola en la montaña. Iba a cumplir el ritual de la purificación que corresponde a cada mujer, cuando alcanza la  edad en que su cuerpo ya está acto para la maternidad.
Después de un tiempo en el monte Ketra comenzó a aburrirse. No estaban sus  hermanas ni sus amigas. No sabía cómo pasar el tiempo.
Una mañana apareció ante ella un jovencito de su misma edad, sin que advirtiera de dónde había salido. Ketra se asustó y quiso huir pero, por más que corriera y se escondiera en el monte siempre lo encontraba ante sí. Por fin se cansó de correr y le preguntó:   
-¿Quién eres tú, que estas por todas partes? ¿Qué quieres?
- Me llamo Kushna - dijo él - y vengo a proponerte que te cases conmigo.
- Apenas soy una niña - respondió Ketra - . Si mis padres se enteran me castigarán.
Kushna la tranquilizó.   
-No te preocupes. Ellos jamás sabrán que nos hemos casado.
Entonces la muchacha aceptó la proposición. Pensó que sería interesante conocer las responsabilidades de una mujer casada. Se casaron en secreto y Kushna le enseñó a Ketra a hilar y a tejer bellos tapices, telas, hamacas, cestas y esterillas. Eran de hermosos colores y muy bien terminados. Ketra estaba orgullosa de la habilidad del esposo cuando la joven regresó del retiro en la montaña, sus padres la notaron distinta.
Había crecido y se veía más mujer. Pronto se dieron cuenta de que esperaba a un niño. Se molestaron mucho y quisieron saber con quién había estado.
Entonces Ketra contó cómo había conocido a Kushna, les dijo que con él había aprendido muchas cosas, que ni siquiera ellos sabían y mostró los bellos tejidos de colores que el esposo le había enseñado a fabricar. Los yukpa se admiraron mucho y fueron con ella a buscarlo al monte.
Recorrieron toda la montaña pero no lo encontraron. Tan sólo vieron un pájaro  pequeño, de colores brillantes, que los seguía a todas partes.
Y así fue como Kushna, el colibrí, que teje su nido como una larga cesta colgada de las ramas altas, enseñó a la mujer Yukpa a tejer las telas para su propia ropa  y a hacer cestas, hamacas y esteras.

Tomado de “El mundo mágico de los yukpa”, Marisa Vanini y Javier Armato, Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana  (2005)

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