Msc. Soraya González Rojas.
Cronista Oficial Municipal.
Me place mucho
reseñar en esta crónica, a un personaje a quien toda mi vida le he tenido
especial aprecio, a un caballero ejemplar que ha dedicado su existencia a su
familia y al trabajo. Minucioso, ingenioso,
laborioso, callado, muy educado y comedido, ese es Don Antonio Miguel Ramos Characo, quien nace el 11 de agosto de 1928, en la
Finca Vuelta Grande, propiedad de Cruz Magín Rojas, ubicada en el estado. Miranda. Hijo de Mercedes Characo y Miguel Antonio
Ramos; hermano del señor Tomas Ramos.

Cuando regresó para Altagracia, ya contaba
con la edad de 22 años, aquí se
desempeñó como operador en el Cine Ayacucho y en el cine Orituco, también como
operador de planta eléctrica y en el
Ministerio de Obras Públicas (MOP). En esta población conoce a la señorita
Carmen Otilia Caldera Angelino, con quien en el año 1956, contrae nupcias, de cuya unión, nacieron
siete hijos: Manuel Antonio, Raúl Alberto, Danilo Antonio, María Angélica(+),
José Gregorio, Carmen Josefina y Mayra de la Concepción y fuera de su
matrimonio, otro hijo llamado Luís Rojas.
A partir de 1960 se establece con su familia, en San José de Guaribe iniciándose allí con el Taller Popular, ubicado en la calle
Miranda, Sector Samán Gacho, siendo un mecánico y herrero más paciente y
dedicado a su trabajo, a quien todo el mundo buscaba por tener la habilidad de
darle solución a todos los problemas. Para el año 1983 se ocupó de la ebanistería,
también a elaborar quesos de mano y de cincho, a realizar dulces de lechosa, de
batata, de leche, de martinica, rosquetes, torta de pan en baño de María, entre
otras exquisiteces. Convirtiéndose en un excelente cocinero. En la
actualidad, se encuentra
disfrutando de su familia, de su hogar, goza de muy de salud física y mental y siente
especial felicidad de compartir con sus nietos, es un abuelo muy consentidor.
Agradecida con Barbara Aponte por facilitarme las fotos que acompañan esta
crónica.
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