sábado, noviembre 11, 2017

Relatos Guariberos: Costureras de mi Pueblo

 Msc Soraya Gonzalez Rojas

 Conociendo que el trabajo artesanal es el producto del trabajo del artesano, portador de una tradición cultural y económica, con valores estéticos. Se hace necesario conocer el sistema de vida de  estas personas,  para conocer la forma de expresión de sus sentimientos y también la forma de interactuar con el mundo que lo rodea,  el cual dirige a su trabajo como forma sólida de su alma y nos ayuda a comprender el pasado y el presente del artesano, reflejo fiel de nuestras tradiciones y de nuestra historia local como imagen del mundo interior de la gente que compone a nuestro pueblo.

     Dentro del mundo artesanal de Guaribe, las costureras ocupan un lugar muy importante. Son estas mujeres, quienes con sus hermosas manos y una gran paciencia, elaboran productos no seriados, cargados de un gran sentimiento y una gran creatividad, para que, quien mande a confeccionar una prenda de vestir,  luzca impecable, y por supuesto, sea quien la elaboró la que se lleve todos los méritos.
    

Hoy a través de Letras Guariqueñas, resaltaremos a esas costureras de Guaribe, que marcaron una época y una historia muy bella e importante. Es necesario recordar a la señora Ricarda Correa, Aurelina Suárez, Lina Mercedes Arzola, María Felipa Barrios de Rojas a quien todos  por cariño llamábamos Pipa, entre otras.
     De la señora Ricarda Correa, se conoce que nació en el caserío Guarebe, jurisdicción del estado Miranda, el 16 de julio de 1924, hija de Cristobal Correa y Manuel Espinoza Guaz. Siendo aun niña, se trasladó con sus padres a vivir en San José de Guaribe, donde compartió con mucha gente, de la que aprendió cosas útiles que le permitieron desenvolverse a los largo de su vida, tal es el caso de su contacto con  Doña Blasina Rojas, a quien quiso mucho y quien  fue su fuente de inspiración y maestra, para el aprendizaje del  corte y la costura.Su interés, responsabilidad y ética, la hicieron convertirse en una extraordinaria costurera.      En su casa de habitación ubicada en la calle Sucre, sector Cañicito, recibía a todas las personas del pueblo, las cuales iban a mandar a hacer sus ropas.  Confeccionaba trajes a damas y caballeros, pero se especializó más en la ropa de hombres, cortando y cosiendo camisas, pantalones de vestir, resaltando los de kaki, fue una maestra diseñando y haciendo liqui liquis y hasta ropa interior para hombres, donde relucían los interiores blancos de popelina tipo short que usaban los señores de la época.      Todo  este laborioso trabajo le permitía ayudarse para el sustento de su hogar, donde compartida con sus siete hijos y su esposo Tito Silva.

     Los guariberos y guariberas recuerdan a la señora Ricarda, no solo por todas sus virtudes en la costura, sino también por la excelencia de sus dulces de leche y conservas de ajonjolí,y además,  por una frondosa mata de cotoperiz que tenía en el patio de su casa y que aun se mantiene, la cual echaba unas cargas impresionantes, siendo estos frutos, los más ricos y buscados en el pueblo. Durante todo el día,  niños, jóvenes y adultos se acercaban a la casa de Doña Ricarda, en donde gritaban: Doña Ricaaaaarda, y tocaban bien duro su puerta de madera hasta que saliera para decirle: véndame un litro de cotoperiz por favor y ella tenía que dejar lo que estaba haciendo, para trasladarse a ese gran patio de tierra, donde tenía en la pulcritud de su espacio, ya servidas varias laticas de aceite de motor, previamente bien lavadas, llenitas de cotoperices amarilliiitos, la cual vendía a un medio. Todo el que iba a comprar, llevaba su bolsita lista para se los colocaran alli. Tan bella Doña Ricarda, siempre jovial, cariñosa, todas las tardes se sentaba al frente de su casa acompañada de su hija Bislenia, allí  pasaban el rato en unas silleticas de cuero, saludando y conversando con todo el que pasaba.

    Hoy ya no está presente, pero nos invade su recuerdo y el sabor de sus cotoperices. Falleció a los 84 años un 04 de abril de 2009.

      Librada Arzola, fue una asidua costurera, con su máquina de pedal, se inició  en esta actividad, a partir  de los 16 años, confeccionado ropita de muñeca, esto lo aprendió de forma individual ya que, no recibió clases o lecciones de otras personas.  Cosía solo para el sexo femenino, destacándose en bella ropa de niñas, vestidos de novia, bautizos, estrenos para el mes de  diciembre, fiestas patronales, entre otros. Ella  nació en el Caserío Los Cantiles, jurisdicción del Municipio San José de Guaribe, el año 1933, hija de Cinesio Arzola y Antonia Marapacuto,  tuvo 9 hijos 7 hembras, dos varones, a los cuales levantó con el producto de su esfuerzo y trabajo. Librada pasaba el día sentada en su maquinita de coser, con una cinta métrica colgada del cuello y una sorisa reflejada en su cara, así esperaba a toda su clientela, las cuales acudían a ella con numeros cortes de tela para que a la velocidad de un rayo les confeccionara los trajes. Al visitarla, ella aprovechaba de darle a sus clientas un paseito por su solar para enseñarles la gran cantidad de hermosas plantas ornamentales y frutales que allí cultivaba. Siempre con una sonrisa a flor de piel y la humildad que le brotaba por los poros.... Partió a otro plano el 15 de enero del 2001, quizás esté confeccionando trajesitos a los angelitos del cielo.
    Es oportuno recordar también, a la señora Aurelina Suárez Bandres, la dulzura hecha mujer. Hija de María Guillermina Bandres de Suárez y de Pedro Ramón Suárez, nacida el 1° de agosto de 1928, en el sector Desparramadero de San José de Guaribe. Su amor por la costura comenzó a los 13 años de edad, cuando al compartir con su prima, La Negra Ochoa, comenzó a elaborar ropa de damas y caballeros y era especialista en hacer mosquiteros o pabellones. Alegre, dulce, bella, enamorada de su trabajo, pasaba los días sentada frente a su máquina de coser de pedal, donde entre cantos y poesías confeccionaba los más hermosas trajes para su clientela y los mejores mosquiteros para camas y chinchorros los cuales decoraba con encajes y pasa cintas. Allí estaba siempre atenta a que sus clientes  fueran a retirar sus encargos, a estos las recibía con una gran sonrisa, una flor de su jardín colocada siempre  en su oreja y quizás el verso de alguna de sus canciones preferidas. Doña Aurelina, siempre linda, siembre bella, olorosa a flores y llena de amor. Al pasar frente a su casa nos complacía verla al compás de su máquina de coser o en el colorido de su hermoso jardín. Dios la debe tener en el mejor y más bello de los lugares.

    Son muchas las costureras de Guaribe, que en diferentes épocas, han vestido a su gente....Teresa Bustamante, Lina Mercedes Arzola, Porfiria Ruiz, La Negra Rojas Pérez, Nélida y Yanninys Ávila, Prudencia Guacarán, Gladis Brito, Marina Ledezma, Julita, entre otras. Desearía nombrarlas a todas, pronto lo haré..... hoy recordamos solo a algunas. Letras Guariqueñas se carga de agujas, hilos, telas y amores para recordar  la historia de las bellas costureras de mi pueblo.

   Gracias a todas las personas y familiares que contribuyeron a aportar información y fotografías para esta escritura. Gracias al Indio Bustamante por un buen día llegar a mi casa y llenarme de fotos y gracias una vez más a mi gran amigo Jesús Rondón por su colaboración para estas ilustraciones.


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