sábado, diciembre 09, 2017

Relatos Guariberos

Msc Soraya González Rojas

            Si bien es cierto que a nuestra bandola de 8 cuerdas, muchos cultores la llaman Guaribera, yabajera o montañera, cosa que es perfectamente válida, es necesario acotar que en la parte investigativa, son muchos los argumentos que existen  para ubicarla en un contexto geográfico, que permite también darle la denominación de bandola cordillerana, y sin hacer de esto un tema de discordia entre cultores, músicos  e investigadores hoy expongo algunos puntos  importantes, que asumidos de algunos trabajos de investigación, como el de  la profesora e investigadora Tibaire Rojas y al cultor e invstigador Andrés Reyes, hoy cito, como una forma de hacer conocer a nuestros amigos lectores de estos Relatos Guariberos, el por qué la denominación de esta manifestación tan hermosa y tan arraigada en nuestro pueblo.
Santa Bárbara, Los Cantiles, Batatal, El Guapito, Río Negro y Panapito, son centro de irradiación cultural hacia otras poblaciones circunvecinas de mayor importancia económica y política. Los primeros son caseríos que pertenecen indistintamente los estados Anzoátegui, Guárico y Miranda, y forman una unidad socio-cultural bajo la influencia de corrientes migratorias de los tres estados. Todos son caseríos de montaña situados en puntos limítrofes entre los estados mencionados y vecinos a ellos, están las poblaciones de San José de Guribe, Sabana Grande de Orituco, Cupira, El Guapo y Valle de Guanape.
La Bandola Montañera, yabajera, guaribera o Cordillerana domina todas esas áreas; donde también son patrimonio común las Parrandas de Negros y Las Fulías a la Cruz de Mayo; como manifestaciones musicales. Las artesanías, y dentro de éstas,  la fabricación de instrumentos musicales, es otra de las actividades tradicionales en esta región.
En la fabricación de la bandola se destacan en San José de Guaribe, el Sr.  Alejandro Arzola Pararía (+), Ramón Orlando Sáez, Benito Carrasquel y Miguel Díaz,   también estuvo en Valle de Guanape el taller que perteneció al luthier  Manuel Mendoza, quien ejecutaba la bandola de 8 cuerdas. El mismo  nació en la mencionada  localidad el  día 16 de junio de 1915 y fallecio el 05 de junio de 1992.
De Valle de la Pascua vinieron los Arzola y se establecieron en La Tomusa, jurisdicción del Municipio Pedro Gual, (en aquel momento Distrito Páez del Estado Miranda); allí nació el Luthier Alejandro Arzola Pararía. Este arte lo aprendió de Ángel Matute a quien conoció en su taller de Río Chico. Matute era nativo de Sucre y se trasladó allí desde Barcelona en donde formaba parte del grupo musical que dirigía El Negro Iriza, bandolista de prestigio en la ciudad.
El bandolista Juan Esteban García nos habló del luthier Pablo Alcántara, quien fabricaba bandolas con un volumen mayor de las conocidas actualmente.  El maestro bandolista Juan Esteban nació en el caserío La Cubanera. Vecinos a este caserío estaban La Unión y Batatal, pertenecientes al Distrito Páez del Estado Miranda. La comunicación con Barlovento se daba a través de la montaña es decir, estos caseríos tenían vida propia y gozaban de autonomía en relación con el Municipio Guaribe.
            A la formación de Juan Estaban García contribuyeron los maestros barloventeños Juan Rebolledo, Inocencio Carabaño y Manuel Marcano, con quien aprendió a tocar el Golpe Yabajero, especie musical de gran riqueza, en cuya interpretación Juan Esteban García  desplegó la creatividad del genio.
Su primera bandola salió del taller de Ángel Matute y lo describió como un instrumento de gran belleza, hecho de pino y caoba.
Las poblaciones de Turiepe, La Cubanera, Los Cantiles, Río Negro y Batatal se vieron diezmadas por los avatares que han caracterizado la vida y la historia de la Cordillera de la Costa. Esta ha sido escenario de montoneras y revueltas desde los primeros tiempos de nuestro gentilicio nacional. Durante la década de los 60, cuando insurgen los movimientos guerrilleros contra los gobiernos de Betancourt y Leoni, fue el centro de operaciones de muchos de estos movimientos.
En la Serranía de El  Bachiller, se instaló el Frente “Ezequiel Zamora” que abrió operaciones por la región de Barlovento y los territorios adyacentes. La represión de los gobiernos contra los campesinos por su presunta complicidad con la guerrilla, llevó al desalojo forzado de los campos y el abandono de las tierras. Así se acabaron La Cubanera y Turiepe.
Con gran dificultad ha podido mantenerse en Los Cantiles, algunos de los descendientes de los primeros pobladores. Solitaria se levanta la casa de Alejandro Arzola (el agricultor no luthier); recorriendo sus alrededores divisamos el hermoso Valle, donde antes estuvo La Cubanera, convertida hoy en potrero.
Con Juan Estaban García y Alejandro Arzola Pararía llegó la Bandola Cordillerana a San José de Guaribe; sin embargo en todos los caseríos señalados florecían los bandolistas. En Guarebe se destacaron: Silvestre Flores, Dionicio González y su hijo, Santiago Ospino. Guarebe es otro punto de enlace entre Barlovento, Valle de Guanape y Guaribe. Es una zona montañosa que pertenece al Municipio Pedro Gual de Miranda.
Para la época que reseñamos -década de los 30- había allí grandes haciendas donde se cultivaba el café y el cacao y se daban situaciones de explotación infame, incluso de esclavitud. A esto contribuyó la situación política del país, sometido a la tiranía gomecista.
Presumimos que esta situación se le dio respuesta en los cantos de Bandola y Fulía, como se le dio en las décimas para velorio de Cruz, compuestas por el cultor Saturnino Cotua.
            A Guarebe llevó la Bandola el maestro Eduvigis Pérez, nativo del caserío Chaguaramal jurisdicción ahora del Municipio Pedro Gual con quien aprendió Dionicio González, bandolista de gran prestigio conocido en la región con el seudónimo de “Canta Gallo”. En la región de Guarebe, y en otro caserío vecino Turiepe, perteneciente también al Municipio Pedro Gual de Miranda, se destacaron también Santiago Ospino y Juan Solano.
En el caserío El Guapito, jurisdicción del Municipio Páez, Estado Miranda se destacaron los bandolistas Cantalicio Requena y Juan Benavente. Estos maestros se proyectaron hacia los Valles de Orituco; sobre todo hacia la población de Sabana Grande. Nativo de El Guapito es también el cultor (Cantador de Uno y Uno) Magín Martínez, ya fallecido, quien resideía  en el caserío Arenitas jurisdicción del Municipio Monagas del Estado Guárico.
En el caserío Santa Bárbara, jurisdicción del Municipio Carvajal del Estado Anzoátegui, vivió el maestro José Antonio Delgado, quien nunca salió de la montaña. Fue de la vieja generación de bandolistas formados en la cordillera, y su maestría en la ejecución del instrumento le dio prestigio en la región.
La profesora Tibaire Rojas, ha esgrimido argumentos para sustentar esta denominación, apoyada además por instituciones como el CONAC, FUNDEF, la Asociación Afroamericana y Fuldaculgua:

1.     Es hija de la Cordillera de la Costa y aunque los medios de comunicación masiva la han dado a conocer con otras denominaciones, al darle ésta, tomamos en cuenta el contexto de la manifestación y la integración del instrumento con su componente musical y teatral.
2.     Según los cultores, nació de la bandola oriental, pero se diferencia de esta en su encordadura; posee ocho cuerdas de metal -cuatro dobles- y tiene su propia especie musical.
3.     Cualquiera sea su procedencia, no ha salido nunca  del marco de la Cordillera de la Costa y ello nos lo demuestra la composición de su especie musical Golpe Yabajero, con acordes del estribillo oriental y de las flores mirandinas.
4.     .Al hablar de Bandola Cordillerana, reconocemos su doble filiación: oriental por el instrumento y tuyera, porque la estructura del golpe yabajero, como la del tuyero, es una suite con pasaje, guabina y yaguaso. El golpe yabajero no se circunscribe solamente a los Valles del Tuy; pues por toda la región Cordillerana bordeada por el río Tuy se le escucha también; tal es el caso de Caucagua, Altagracia de Orituco y San Francisco de Macaira.
5.     Los acordes percutidos del tambor suceden a las llamadas de guabina y de yaguaso en la 4º parte de la suite Golpe Yabajero. Este componente negro presente también en el movimiento sinuoso que hacen los bailadores, nos remite a las raíces africanas de esta manifestación. 
6.     En su recorrido de viajera incansable por los caminos de las cordilleras, la bandola recorre el sentimiento justiciero y el afán liberador de los negros, que en su condición de manumisos, no habían podido alcanzar su total libertad mediando el siglo XX. Este sentimiento se pone de manifiesto en el canto  y hacia este elemento integrador de la manifestación debemos dirigir nuestra atención.

                He aquí nuestra argumentación del nombre de esta manifestación, que hemos asumido muchos cultores e instituciones culturales, como es el caso del Ateneo de Guaribe, y me sumo a ello en mi condición de cronista oficial municipal. Sin entrar en contradiciiones, aquí dejo mi relato.





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