domingo, marzo 17, 2019

CRÓNICAS DE GUARIBE: Carmen “La Bachillera”



Buscando en mis recuerdos de infancia, vino a mi memoria un personaje muy conocido y popular en la historia de San José de Guaribe, se trata de la recordada Carmen, a quienes todos llamábamos “La Bachillera”, debo confesar que la admiré mucho y me encantaba contemplarla porque tenía una forma muy peculiar en su forma de ser y de vestir. Cuando pasaba frente a la casa de mi abuela Áurea Luz, ella la saludaba y yo no perdía ni un detalle de esa conversación…. No por ser curiosa, sino porque me llamaba mucho la atención la forma como miraba, como se vestía, como hablaba y  de quienes todo el tiempo la acompañaban.

De Carmen se desconoce su origen, pero por información de algunos personajes de la época y por sus rasgos físicos, se dice que era de descendencia Caribe, muchos de los que la conocieron y compartieron con ella, dicen que llegó a San José de Guaribe aproximadamente en el año 1929, con un ciudadano llamado Manuel Fernández quien se desempeñó como jefe civil entre los años de 1929 a 1931. Una vez culminada su labor como jefe civil, se marchó del pueblo pero, Carmen decidió quedarse viviendo aquí. Pasado el tiempo, Carmen conoció a un ilustre ciudadano llamado José Antonio González Guzmán, mejor conocido como el Bachiller González,  quien  había llegado el año 1928,   desde Cumanacoa  a San José de Guaribe a desempeñarse como docente de la comunidad. Ellos decidieron unirse y vivir juntos, con él se mantuvo Carmen,  queriéndolo hasta el día que el Bachiller murió. Su casa de habitación era en la calle Bolívar, donde hoy está la Gallera, es importante destacar que su apodo deriva de que era la mujer o compañera del Bachiller, por eso todos la llamábamos CARMEN LA BACHILLERA. Mientras Carmen vivió con él, vestía con ropa muy elegante, de colores discretos, sencillo maquillaje, pocos accesorios o prendas, le gustaba mucho usar vestidos y debajo de ellos se ponía hasta tres medios fondos con encajes y blondas, los cuales los dejaba ver por capas un poco más abajo del ruedo de su vestido. Iniciando la década de los 60 fallece el Bachiller, Carmen quedó sola por varios años, hasta que un día conoce a un señor cuyo nombre no recuerdo pero, su apellido era Pinto y decidió unirse a él. Pinto era un hombre delgado y padecía de mal de Parkinson. Desde el momento en que Carmen comienza a vivir con Pinto, cambia totalmente su forma de ser…. Su vestuario pasó de vestidos de colores discretos a ropa muy colorida, se pintaba los cachetes o mejillas con onoto y se le veían  muy rojitas, se pintaba las cejas con carbón y le quedaban bien negras y los labios coloraditos, se colocaba muchos accesorios de gran tamaño, a veces se ponía pantalones debajo de su vestido, se pintaba el cabello y usaba pañoletas para adornárselo aún más, fumaba cigarro con la candela para adentro, cosa que llamaba mucho la atención. Tenía una gran cría de perros, gatos y palomas, solía salir a la calle acompañada de varios de estos perros quienes iban haciendo un escándalo por donde pasaban. Recorría todas las carnicerías buscando pellejos para sus mascotas y como tenía un gran palomar, cuando los viejitos se enfermaban, muchas personas iban a comprar pichones de paloma para hacerles un consomé.

     Carmen fue verdaderamente un personaje popular de nuestro pueblo. Recuerdo que solía sentarse en la puerta de su casa todas las tardes, en compañía de Pinto, ella en una silleta de cuero grande y él en otra silleta de cuero pequeña, allí pasaban horas viendo a todo el que pasaba y extasiados fumando, él fumaba normalmente y ella con la candela para adentro y no se quemaba la lengua. Recuerdo también que mi papá fue su amigo y se jugaba bastante con ella, cuenta mi madre que un día mi papá venía pasando frente a su casa y se le sentó en las piernas a Carmen…. Pinto casi se muere de la rabia, le dijo rápidamente: ¿A ti te gustaría que yo me sentara en las piernas de María Luisa?, a mi papá solo le quedó soltar la risa……No tengo fecha exacta del año en que falleció Carmen, solo sé que su recuerdo vivirá en mi porque es difícil olvidar un personaje tan característico como éste.

    Agradezco profundamente a mi madre, que fue partícipe de esta crónica y en el momento de sentarnos a recordar a Carmen, reímos mucho hablando de todas sus ocurrencias y anécdotas.


MSC SORAYA GONZÁLEZ ROJAS




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