Buscando
en mis recuerdos de infancia, vino a mi memoria un personaje muy conocido y
popular en la historia de San José de Guaribe, se trata de la recordada Carmen,
a quienes todos llamábamos “La Bachillera”, debo confesar que la admiré mucho y
me encantaba contemplarla porque tenía una forma muy peculiar en su forma de
ser y de vestir. Cuando pasaba frente a la casa de mi abuela Áurea Luz, ella la
saludaba y yo no perdía ni un detalle de esa conversación…. No por ser curiosa,
sino porque me llamaba mucho la atención la forma como miraba, como se vestía,
como hablaba y de quienes todo el tiempo
la acompañaban.
De
Carmen se desconoce su origen, pero por información de algunos personajes de la
época y por sus rasgos físicos, se dice que era de descendencia Caribe, muchos
de los que la conocieron y compartieron con ella, dicen que llegó a San José de
Guaribe aproximadamente en el año 1929, con un ciudadano llamado Manuel
Fernández quien se desempeñó como jefe civil entre los años de 1929 a 1931. Una
vez culminada su labor como jefe civil, se marchó del pueblo pero, Carmen
decidió quedarse viviendo aquí. Pasado el tiempo, Carmen conoció a un ilustre
ciudadano llamado José Antonio González Guzmán, mejor conocido como el
Bachiller González, quien había llegado el año 1928, desde Cumanacoa a San José de Guaribe a desempeñarse como
docente de la comunidad. Ellos decidieron unirse y vivir juntos, con él se
mantuvo Carmen, queriéndolo hasta el día
que el Bachiller murió. Su casa de habitación era en la calle Bolívar, donde
hoy está la Gallera, es importante destacar que su apodo deriva de que era la
mujer o compañera del Bachiller, por eso todos la llamábamos CARMEN LA
BACHILLERA. Mientras Carmen vivió con él, vestía con ropa muy elegante, de
colores discretos, sencillo maquillaje, pocos accesorios o prendas, le gustaba
mucho usar vestidos y debajo de ellos se ponía hasta tres medios fondos con
encajes y blondas, los cuales los dejaba ver por capas un poco más abajo del
ruedo de su vestido. Iniciando la década de los 60 fallece el Bachiller, Carmen
quedó sola por varios años, hasta que un día conoce a un señor cuyo nombre no
recuerdo pero, su apellido era Pinto y decidió unirse a él. Pinto era un hombre
delgado y padecía de mal de Parkinson. Desde el momento en que Carmen comienza
a vivir con Pinto, cambia totalmente su forma de ser…. Su vestuario pasó de
vestidos de colores discretos a ropa muy colorida, se pintaba los cachetes o
mejillas con onoto y se le veían muy
rojitas, se pintaba las cejas con carbón y le quedaban bien negras y los labios
coloraditos, se colocaba muchos accesorios de gran tamaño, a veces se ponía
pantalones debajo de su vestido, se pintaba el cabello y usaba pañoletas para
adornárselo aún más, fumaba cigarro con la candela para adentro, cosa que
llamaba mucho la atención. Tenía una gran cría de perros, gatos y palomas,
solía salir a la calle acompañada de varios de estos perros quienes iban
haciendo un escándalo por donde pasaban. Recorría todas
las carnicerías buscando pellejos para sus mascotas y como tenía un gran
palomar, cuando los viejitos se enfermaban, muchas personas iban a comprar
pichones de paloma para hacerles un consomé.
Carmen fue verdaderamente un personaje
popular de nuestro pueblo. Recuerdo que solía sentarse en la puerta de su casa
todas las tardes, en compañía de Pinto, ella en una silleta de cuero grande y él
en otra silleta de cuero pequeña, allí pasaban horas viendo a todo el que
pasaba y extasiados fumando, él fumaba normalmente y ella con la candela para
adentro y no se quemaba la lengua. Recuerdo también que mi papá fue su amigo y
se jugaba bastante con ella, cuenta mi madre que un día mi papá venía pasando
frente a su casa y se le sentó en las piernas a Carmen…. Pinto casi se muere de
la rabia, le dijo rápidamente: ¿A ti te gustaría que yo me sentara en las
piernas de María Luisa?, a mi papá solo le quedó soltar la risa……No tengo fecha
exacta del año en que falleció Carmen, solo sé que su recuerdo vivirá en mi
porque es difícil olvidar un personaje tan característico como éste.
Agradezco profundamente a mi madre, que fue
partícipe de esta crónica y en el momento de sentarnos a recordar a Carmen,
reímos mucho hablando de todas sus ocurrencias y anécdotas.
MSC SORAYA GONZÁLEZ ROJAS
No hay comentarios.:
Publicar un comentario